Autor: Antonio Paredes Candia El dios de los Guarayos, a quien ellos conocían con el nombre de abuelo, en el principio de los tiempos morab a sobre la Tierra. En su larga existencia, tuvo dos hijos de extraordinaria belleza, dotados de gran inteligencia y un profundo concepto de lo que es la aplicación de la justicia. Arí se llamaba el mayor y Yazi el menor. El primero era rubio, audaz y diestro cazador; Yazi, en cambio, tenía tez morena, pacífico y aventajado para la pesca. Los dos hijos siempre estuvieron provistos de alimentos, carne y pescados frescos. En esos tiempos pretéritos, del cual no se tiene memoria, cuenta l a leyenda, el cielo vestía de una blancura infinita y en la Tierra no había diferencia entre el día y la noche. Todo era pardo, grisáceo y seco. La vida era mísera y sacrificada para el hombre. Los dos hermanos: Arí y Yazi, vivían soñando con ser los protagonistas de aventuras y odiseas imperecederas, que dieran eternidad a sus nombres. En cier...